viernes, 29 de agosto de 2008

El filo de la hoja






Cerró los ojos y deslizó la cuchilla de afeitar por la superficie del charco que una gotera había formado en medio de la habitación. El agua se fue abriendo al paso de la cuchilla, y permaneció como congelada, formando una cicatriz de afilados filos transparentes. Los trazos se convirtieron en letras y depués en palabras. Leyó en voz alta...
"Cada momento
se vuelve transparente
cuando termina"
... y abrió los ojos. Pero los trazos habían desaparecido, como si en el mismo momento en que la cuchilla rasgaba el agua, ésta se cerrase tras el afilado filo. Mientras reía, dejó caer la cuchilla en el charco y ésta se disolvió como si fuera de azúcar. No era una risa forzada, pero tampoco sincera.



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