Vivimos en una suerte de Edad Media punk, de alta edad cybergótica sin que hayamos todavía comprendido las consecuencias de semejante revival histórico en este punto de autodegeneración de la especie. Durante un tiempo los gurús llamaron a esta invaginación planetaria "postmodernidad", pero se trata únicamente de la culminación tecnopornopunk de la modernidad. Nos hayamos [sic] en un punto de inflexión evolutivo en el que la modernidad despliega todo su asqueroso potencial eyaculante: nadamos en un esperma nuclear en el que hemos aprendido a respirar como bestias mutantes.
Nota: frikear sobre la teoría queer.
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